Madrid es una clara aliada del ocio las 24 horas del día gracias a una rica y variada oferta en todas las ramas artísticas, en deporte, espectáculos o gastronomía que la convierten en una de las ciudades europeas más atractivas para el turismo.
El teatro, la danza, la música, la ópera o la zarzuela tienen cabida en la capital, que cuenta con un centenar de teatros, lo que hace que sea casi misión imposible poder acudir a todas las obras. El Teatro Real, La Zarzuela, el Reina Victoria, el Nuevo Alcalá, el mítico Maravillas o los más conocidos de Gran Vía, con sus musicales, hacen de la capital el gran escenario de España.
También la gastronomía es un punto fuerte, con miles de locales en los que se pueden degustar centenares de recetas internacionales, vanguardistas, de fusión, mediterráneas, vegetarianas o de "slow food". Locales como las tabernas de "La Ardosa", en las que parece haberse detenido el tiempo en los comienzos del siglo XX, o los locales más "cool" -como los del grupo Larrumba (Marieta, Perrachica, Peyote San)-, aportan una riqueza culinaria diversa en la que también tienen cabida desde la taberna clásica de pinchos a los restaurantes que juegan en la liga de las estrellas Michelin.
Si hay un reclamo potente de la capital, ese es el estadio Santiago Bernabéu, epicentro de uno de los emblemas de la marca España en el extranjero: el Real Madrid, cuyo equipo de fútbol levanta pasiones en cualquier rincón del planeta. Junto a ese clásico, hay otros, fundamentalmente para los turistas extranjeros, como son los tablaos flamencos dispersos por la ciudad: La Quimera, Torres Bermejas, Las Tablas o Cardamomo son sólo un ejemplo de este reclamo del arte folclórico español en el que no puede faltar el conocido Corral de la Morería, que en sus más de 60 años de historia ha visto pasar por su escenario a las grandes figuras del cante, la guitarra y el baile flamenco.
Madrid también es ciudad de compras y los más aficionados a salir de tiendas pueden hacerlo sin problema prácticamente todos los días del año y sabiendo que las grandes marcas de moda tienen tiendas distribuidas principalmente en la almendra central de la capital, donde destaca la conocida "Milla de Oro" en el barrio de Salamanca. Más allá de la ropa y los complementos, hay mercados con mucho encanto, como el Rastro, Las Ranas o el de Motores, que permiten rememorar el comercio clásico de los antepasados encontrando en ellos objetos inimaginables.
El conjunto de monumentos y esculturas al aire libre de Barcelona constituye una muestra de arte público que otorga a la capital catalana, en conjunción con otros elementos como su arquitectura, su red de museos o su conjunto de parques y jardines, un particular sello artístico, que ha originado que la Ciudad Condal tenga el arte y la cultura como una de sus principales características identitarias.
El acervo de arte público de la ciudad es extenso, si bien la mayoría de monumentos y estatuaria situada en lugares públicos procede del siglo XIX en adelante. El primer monumento situado en la vía pública de forma expresa y por encargo municipal que se conserva es el Monumento a Santa Eulalia, en la plaza del Pedró, originaria de 1673; otras obras anteriores consideradas de arte público son o bien fuentes o bien estatuas situadas en hornacinas en las paredes de edificios públicos, si bien en muchos casos fueron encargos de carácter privado que han pasado a titularidad pública posteriormente. Cabe remarcar que hasta el siglo XIX la ciudad estaba encorsetada por sus murallas de origen medieval al tener la consideración de plaza militar, por lo que su crecimiento estaba limitado, y el poco espacio disponible se utilizaba preferentemente para las actividades diarias de la población, sin poder dedicar unos espacios adecuados para grandes monumentos.
A orillas del Mediterráneo le espera la “ciudad de la luz” por excelencia: Valencia. Un destino donde encontrará magníficas playas, una gastronomía típica con platos tan conocidos como la sabrosa paella y una arquitectura vanguardista que tiene como representante la llamativa Ciudad de las Artes y las Ciencias.
La Valencia más moderna y de arquitectura vanguardista, en la que se encuentra la Ciudad de las Artes y las Ciencias. Es el nuevo símbolo de la ciudad y la imagen con la que muchos la reconocen en todo el mundo. Visitarla le llevará prácticamente todo el día porque entrará al Museo de las Ciencias Príncipe Felipe, al Hemisfèric y al Oceanográfico. Además, verá desde el exterior el Palau de les Arts Reina Sofia y podrá pasar por el llamativo puente L’Assut d’Or.
El clima en Valencia suele invitar a pasear por sus calles, por lo que ése puede ser un buen plan cuando cae la noche. Puede hacerlo por la zona del casco histórico, donde casi siempre hay ambiente y muchas de sus calles son peatonales. Los alrededores de las plazas de la Virgen y del Ayuntamiento suelen ser muy transitadas y, además, son buenos lugares para encontrar un restaurante para cenar. Si la temperatura acompaña, puede hacerlo en una de las múltiples terrazas de la zona. En esta área descubrirá ejemplos de la arquitectura tradicional de la ciudad como el conjunto catedralicio, la Basílica de los Desamparados y el Palacio de la Generalitat. Después de la cena, puede aprovechar para pasar un buen rato en alguno de los locales de marcha del Barrio del Carmen, o, incluso, para acercase a los restos de la antigua muralla: las torres de Quart y de Serranos, que verá iluminadas.
La Marina Real, una gran área portuaria creada con motivo de la celebración de la America’s Cup y donde visitará el edificio de Veles e Vents. Lo curioso es que cuando pasee por el puerto, estará pisando el espectacular circuito urbano del Gran Premio de Europa de Fórmula 1, ya que aquí es donde cada mes de agosto compiten los bólidos más veloces.En la zona encontrará locales para tomarse un refrigerio con vistas al mar. Puede hacerlo antes de continuar caminando en dirección al paseo marítimo de las playas de las Arenas y la Malvarrosa. Son dos extensos arenales urbanos en los que tendrá la oportunidad de refrescarse en la costa del Mediterráneo sin abandonar la ciudad. Después puede continuar por la avenida marítima hasta que tenga apetito. Entonces será el momento de degustar la sabrosa paella valenciana en una de las múltiples terrazas a pie de playa que encontrará. La experiencia de disfrutar este manjar frente al mar es inigualable.